Para iniciar este articulo es importante aclara el concepto del proceso psicológico de la atención para lo cual citamos a Hunt y Ellis (2007) quienes afirman que este proceso parece seleccionar información para el pensamiento consiente y, dado que la capacidad de conciencia es limitada, la atención prohíbe, simultáneamente, estar atento a otros estímulos, es decir, que si una persona centra su atención en una actividad que requiera altos niveles de concentración, difícilmente almacenará información de otra fuente, dicho lo anterior es posible plantearnos la siguiente hipótesis: “no se trata de que el/la niñ@ no esté atent@, sino que su atención está en un lugar diferente al que se esperaría”, por ejemplo, necesidades fisiológicas (hambre, sueño, sed, cansancio) o emocionales (malestares, preocupaciones, dificultades familiares, sentimientos de inseguridad o de miedo). Situaciones que pueden propiciar las dificultades de atención.
Teniendo en cuenta lo anterior, diversos estudios afirman que el principal motivo por el cual la mayoría de los estudiantes son remitidos a las unidades psicológicas de los centros educativos es porque tienen en alguna medida dificultades para aprender si se les compara con sus compañeros, sin embargo, gran parte de los/las niñ@s cuya conducta y/o rendimiento constituye un motivo de preocupación para los adultos, no tienen un problema físico o cognitivo que contribuya significativamente a sus dificultades pero dichas dificultades son de cualquier modo muy reales y estos niñ@s necesitan ayuda si se quiere que las superen al menos parcialmente, y así puedan lograr que sus procesos atencionales sean satisfactorios para su desarrollo junto a sus compañeros.
Para ello revisemos brevemente algunos factores asociados a dichas dificultades:
Factores personales: Varios autores, entre ellos Abbey (2006) argumenta que cuando el/la niñ@ presenta dificultades en la atención probablemente tengan una dificultad emocional que genera en ell@s inestabilidad en su estado de ánimo, lo que hace que piense en muchas cosas a la vez, por lo tanto difícilmente podrá concentrarse en nuevos símbolos lo que generará frustraciones a causa de sus dificultades en el proceso académico interviniendo directamente en la percepción que tenga de sí mismo (su autoestima) y recordemos que una buena autoestima genera confianza y esta a su vez, eficacia reflejada en aciertos, en este orden de ideas lo que los estudiantes sienten y piensan sobre ellos mismos influye en la manera cómo se comportan y llevan a cabo su proceso de desarrollo.
Factores familiares: Osman (2007), por ejemplo hace referencia a que algunos factores como las dificultades familiares, el tipo de familia, las relaciones familiares y los niveles académicos se relacionan de manera significativa con los procesos de aprendizaje y en general con el desarrollo de el/la niñ@, agrega que la responsabilidad de la familia no es únicamente la de superar las condiciones básicas específicas, sino la de lograr que los/las hij@s alcancen una construcción efectiva de su aprendizaje mediante procesos que cuenten con el acompañamiento de padres y madres generadores de lazos afectivos significativos.
Los padres deben asumir un compromiso responsable estableciendo roles familiares funcionales, que no solo se basen en la protección de l@s niñ@s sino también en una normatividad que haga que ell@s se desarrollen en un ambiente equilibrado de tal manera que el comportamiento en otros contextos haga evidente su formación en el hogar.
Dentro de este punto resulta sumamente importante recalcar la importancia de la motivación la cual puede ser influenciada entre otros aspectos por el reconocimiento que los padres, madres y/o figuras de autoridad hagan de sus capacidades y habilidades, ya que estas figuras se no asocian únicamente con las prohibiciones sino también son responsables de generar otras acciones que condicionan la estabilidad y óptimo desarrollo integral de niñ@s.
Factores académicos: Con relación al factor académico cabe resaltar que la calidad y la consistencia de la enseñanza son cruciales para lograr un óptimo aprendizaje por lo tanto, aspectos básicos como las tareas escolares, la participación en clase, las características del proceso de atención en sí mismo, la motivación y la metodología docente favorecerá o afectará el proceso atencional de l@s niñ@s.
Factores sociales: Cada día resulta más difícil separar lo social de lo intelectual ya que la escuela es una forma de relación social para el/la niñ@, que se manifiesta de manera natural y espontánea; en este contexto el/la niñ@ se relaciona principalmente con sus docentes y con sus compañeros, aspectos básicos del factor social; la manera como se establezcan dichas relaciones determinará en parte la motivación hacia el estudio, las relaciones duraderas y de calidad entre pares en la escuela y la adquisición de competencias y destrezas sociales.
En síntesis, la atención es un proceso complejo y flexible ya que puede presentar cambios positivos o negativos debido a los factores personales, familiares, académicos y sociales los cuales a su vez también se modifican por la particularidad de cada niñ@, su historia de vida, experiencias propias y sus diferencias individuales, es decir que la asociación se plantea de manera bidireccional en la que los factores asociados favorecen o perjudican el proceso atencional interviniendo como causa o efecto de manera directa o indirecta en el proceso de atención, por ejemplo una situación emocional en el/la niñ@ puede producir una serie de cambios en su proceso atencional, lo cual probablemente generará dificultades de atención y dificultades escolares las cuales desencadenarán ambientes de tensión y preocupación en la familia, de otro lado las frustraciones en el contexto escolar a causa de su bajo rendimiento por sus dificultades en su proceso atencional generarán en el estudiantes sentimientos negativos hacia sí mismos (baja autoestima).
LILIANA ANDREA LUNA
Psicóloga
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